Capítulo 14: La Cueva Del Lobo - Parte 2

 

¿Qué mierda era eso de la conversión? ¿Por qué yo era compatible para hacer eso? Muchas preguntas me vinieron a la cabeza a torturar ya el poco estado de paz que tenía, de algún modo tendría que salir de allí, pero según mi compañero de jaula estábamos tan lejos de la Tierra… la única forma que encontré, fue buscar si la nave tenía pequeñas naves para robar una y escapar a cualquier lado del universo, solo para estar a salvo y luego intentar volver a la Tierra, sin entender ni un puñetero mapa estelar.

Volví a teclear en ese ordenador tan extraño, efectivamente tenía naves en la parte inferior, tenía que conseguir llegar allí como fuese, pero ¿cómo podría salir de esa colmena? En ese momento, un archivo se abrió sin mi permiso, era un video sobre una intervención, no me pude resignar y mis ojos lentamente captaron toda su atención. En el video se veía una mesa de operaciones y en ella estaba mi compañero, lo habían atrapado, por eso se lo habían llevado, para operarlo. Me fijé en las iniciales del archivo e intenté buscarlo en el mapa virtual, para intentar rescatarlo.

Se escuchaban los gritos de dolor que sentía Jine, estaba consiente en todo momento de lo que le hacían, como si le estuviesen operando sin anestesia.

-          ¡Hijos de puta! ¡Déjenlo!- grité rabioso.

En ese preciso instante me di cuenta de que el ronroneo que se escuchaba de fondo, se volvió un oscuro silencio que cortaba vidas, sabiendo que eso no podía ser nada bueno. Me giré, y a tan solo medio metro me vi reflejado en unos ojos negros de una mantis gigante. ¡Era hombre muerto!

Me vi rodeado de mantis que me observaban pero ninguna decía nada, no sabía si las llegaría a entender, si me querían comer o qué, pero tuve miedo, mucho miedo. Quizás no saldría de esta. Vi detrás de uno de los escritorios que había un palo de hierro, lo agarré y empecé a defenderme, intentando volver a la puerta, pero con la cola de una de las mantis, me provocó la zancadilla y caí al suelo, otra cola me agarró de los pies y me dejó bocabajo colgado. Entonces, me mareé cuando una de ellas me dirigió su aliento, había escuchado que tenían gases paralizantes, pues ese aliento me paralizó por completo. De nuevo estaba atrapado por ellos. Mierda.

Canalizado por: Laia Galí HR.

 

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