Capítulo 6: Jugando A Ser Dios - Parte 2



Intentaba moverme, pero era imposible. Todos los médicos y enfermeros dieron varios pasos atrás y con el mando que uno de ellos llevaba en sus manos, me introdujeron en una especie de tubo de cristal, que era realmente claustrofóbico, grité, de alguna forma tenía que hacerlo, pero tampoco podía hacerlo, quería salir de allí como fuera, pero ¿cómo podía ocurrir? Entonces, supe cómo se encontraban los personajes de las películas de acción cuando se sienten atrapados y no pueden hacer nada al respecto.

Ese podía ser mi fin. Tras tanto tiempo de lucha, intentando salvarlos a todos, de hacerme el héroe, finalmente terminaría aquí, en la mesa de operaciones bajo el comando de esta organización que no se sabe de dónde vino, pero santos no lo parecen que sean. Empecé a recibir mi sentencia de muerte, al mismo tiempo que pensaba en todos aquellos seres que de alguna forma había dejado atrás, y que jamás volvería a saber de ellos, pero también pensaba en todas aquellas personas que murieron entre sus garras, luchando por sobrevivir. Quizás sería el último de mí especie, pero no me rendiría tan fácil, así que cerré los ojos aceptando y esperando la muerte, deseando que no fuese sufriendo más de lo que la vida me dio en estos últimos meses.

Vi a través del cristal como quién dominaba el manejo del tubo, le daba a un botón y de allí un rayo como si se produjera una chiquita tormenta de relámpagos empezaba a darme en la piel, por todas partes de mi cuerpo. ¡Era demasiado doloroso que no pudiera contener la respiración por mucho tiempo más! Con cada relámpago todo mi cuerpo se sacudía, cada vez era peor que el anterior, morir electrocutado, una forma insaciable de morir, pero sería rápida. Cada vez lo notaba más cerca, porque podía escuchar como el corazón retumbaba en mi pecho.

Miré al que parecía un doctor que iba tapado completamente excepto los ojos y le sonreí, cuando él pulsó de nuevo el botón y un relámpago me impactó directamente en el pecho, separó la piel, los tejidos, las costillas y llegó de lleno en el corazón provocando mi muerte. La oscuridad me invadió pero solo por segundos, porque después tenía unas ganas de volar que no podía frenar, y me dejé llevar, cuando miré que era todo luz, me giré y vi mi propio cuerpo debajo de mí. Había muerto.

Floté por encima de mi cuerpo observándome, como si fuera un espejo, pero allí estaba lo que quedaba de mí. Seguía allí, pero los médicos se quedaron alrededor, me sacaron del tubo, miraron las pulsaciones del corazón y empezaron a reanimarme.

-          ¡No, no quiero volver! – Gritaba.

Pero era inútil, porque la reanimación funcionaba y poco a poco estaba volviendo a mi cuerpo. Entonces ¿sino me quieren matar, porque me quieren vivo? 

Canalizado por: Laia Galí HR.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Capítulo 25: Una Segunda Oportunidad

Capítulo 24: ¿Libre?

Capítulo 22: Verdades